Un nuevo informe que se publicará el próximo mes de diciembre muestra que el logro de los objetivos de reciclaje y desviación de residuos de los vertederos de la UE para 2035 resultará en una importante contribución al Acuerdo Climático de París.
Un estudio encargado por varias asociaciones europeas de gestión de residuos destaca la relación entre el aumento del reciclaje y la reducción de las emisiones de CO2 para los flujos de residuos estudiados. Según el informe, alcanzar el objetivo de reciclaje municipal de la UE del 65% y el límite de vertido del 10% supondría una reducción anual de alrededor de 150 millones de toneladas de CO2 equivalente en comparación con 2018. Esto tiene en cuenta las emisiones evitadas de los sectores energético y manufacturero que no utilizan combustibles fósiles y materiales vírgenes. El estudio destaca la importancia de seguir ascendiendo en la jerarquía de residuos y de seguir desarrollando políticas de economía circular.
El ahorro de CO2 que puede lograrse mediante el uso de materias primas recuperadas será cada vez más importante para reducir el uso de recursos y alcanzar los objetivos de protección del clima. Este ahorro se complementaría con la recuperación de energía a partir de material no reciclable en instalaciones de valorización energética de residuos y mediante la producción de combustibles derivados de residuos (CDR) para la recuperación de energía.
Así, el estudio prevé que el sector europeo de la gestión de residuos no sólo podría llegar a ser neutro desde el punto de vista climático, sino también negativo desde el punto de vista de las emisiones de carbono, contribuyendo a un medio ambiente limpio y seguro, y al desarrollo de la economía verde europea en general.
EMISIONES DE METANO
Es sabido que la descomposición de los residuos en los vertederos genera metano, un gas de efecto invernadero que, según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), es 86 veces más potente que el CO2 en un periodo de 20 años. La UE ha lanzado recientemente el Compromiso Mundial contra el Metano para destacar la importancia de reducirlo. El análisis del estudio confirmó que las mayores reducciones de CO2 se consiguen reduciendo las cantidades de flujos de residuos de materiales biogénicos -incluidos el papel, el cartón y los biorresiduos- enviados a los vertederos.
En el escenario más ambicioso del estudio (que supone unos objetivos de reciclaje más elevados y el desvío de todos los residuos reciclables y valorizables del vertedero), el ahorro de emisiones de CO2 casi se duplicaría con respecto a la trayectoria actual de 2035 y se evitarían las emisiones de metano.
El sector de la gestión de residuos se ha comprometido a reducir las emisiones de metano e invita a todas las partes interesadas, incluidas las autoridades públicas, los inversores y la sociedad civil, a unir sus fuerzas para completar esta transición en los próximos 9 a 14 años.
La consecución del potencial de reducción de CO2 que se destaca en este estudio será posible en toda Europa siempre y cuando se realicen esfuerzos para incentivar aún más la capacidad de reciclaje (incluso a través del apoyo público a los sistemas de recogida selectiva), establecer nuevas medidas como el contenido reciclado obligatorio en los productos, y aumentar los avances en el ecodiseño y la reciclabilidad de los productos manufacturados.
GESTIÓN INTEGRAL DE RESIDUOS
Según el estudio, la política de la UE y la inversión en la taxonomía de actividades sostenibles deberían centrarse en la gestión integral de los residuos para apoyar esta transición. Igualmente, considera que utilizar y compartir la capacidad de recuperación de energía en toda Europa es clave para desviar la mayor cantidad posible de residuos del vertedero en todo el continente.
Para alcanzar las proyecciones más ambiciosas de ese escenario, el estudio concluye que los objetivos en materia de residuos deben ampliarse a los residuos industriales y comerciales, los objetivos de reciclado deben aumentarse y los flujos de residuos aptos para el reciclado y la recuperación deben desviarse del vertido.
El informe también reconoce que el vertedero solo se utilizaría entonces para el tratamiento de flujos de residuos específicos, como el amianto, que no son aptos para la recuperación de energía.
El estudio ha sido realizado por Prognos y CE Delft, para las asociaciones europeas de gestión de residuos FEAD, CEWEP, el Grupo de la Industria del CDR y la Asociación Holandesa de Gestión de Residuos.
El estudio completo se publicará y estará disponible en diciembre de 2021 en las páginas web de las asociaciones del sector.
Fuente: residuosprofesional