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Los biocombustibles, el primer paso hacia la movilidad del futuro

Los biocombustibles se postulan como una alternativa real para avanzar más rápido en la transición energética

Reducir el impacto de la actividad del ser humano en el medioambiente se ha convertido en un desafío para todo el planeta. Son muchos los países que están impulsando iniciativas para lograr una economía más descarbonizada y avanzar hacia un modelo de producción y consumo más sostenible, firmemente comprometido con el entorno.

Como ejemplo de esta voluntad común, desde la Unión Europea (UE) se han promovido medidas como el Fit for 55, un paquete de propuestas legislativas que tiene como objetivo reducir las emisiones netas de carbono un 55% en 2030 respecto a 1990 y alcanzar la neutralidad climática en 2050. El objetivo de este plan es proporcionar un marco coherente y equilibrado para alcanzar los objetivos climáticos de la UE que garantice una transición equitativa y socialmente justa y sustente la posición de liderazgo europeo en la lucha mundial contra el cambio climático.

La electrificación se presenta como una de las grandes soluciones para avanzar en este proceso, pero hay sectores, como el transporte pesado o la industria, en los que su aplicación resulta compleja y se hace necesario buscar alternativas. Es donde entran en escena los biocombustibles, combustibles renovables de origen orgánico capaces de reducir las emisiones de CO2 hasta en un 90% en comparación con los combustibles fósiles convencionales. Estos ya son una realidad para dar respuesta a la exigencia por consumir energía más sostenible.

Entre los biocombustibles más populares están el diésel renovable (HVO), el combustible sostenible de aviación (SAF) y el biometano, que se consolidan como opciones prometedoras para reducir las emisiones de carbono. El diésel renovable puede sustituir al diésel actual tanto en la industria como en el transporte terrestre y marítimo; el SAF es la versión sostenible del queroseno y su objetivo es descarbonizar la aviación, y el biometano es una alternativa para reemplazar al gas natural en la industria y movilidad. El rasgo que comparten todos ellos está claro: pueden sustituir a los combustibles fósiles empleados actualmente.

Uso en distintos sectores

Desde hace años, en muchos países de la Unión Europa, existe la obligación de mezclar biocombustibles con los combustibles convencionales, tanto con el diésel como con gasolina. En 2024, en España el porcentaje de biocombustibles que es necesario incorporar en el transporte rodado es de un 11%, porcentaje que está previsto que se incremente hasta llegar al 12% en 2026. Si bien vemos que su utilización es ya habitual en camiones y automóviles, los biocombustibles todavía no han alcanzado una alta penetración en la industria, la aviación o el transporte marítimo, pero cada día aumenta el número de proyectos en España dedicados a impulsar la sostenibilidad de estos sectores.

En este contexto, una de las compañías que quiere liderar la carrera por la descarbonización de la actividad industrial y la movilidad es Cepsa. La energética, dentro de su estrategia Positive Motion, busca ser un actor de referencia en la transformación del sector. Y en virtud de este desafío, ha ido dando pasos en firme.

Como ejemplo, el piloto realizado recientemente junto a Maersk y Renfe en el transporte ferroviario. Una prueba pionera en España al ser la primera vez que se empleaba diésel renovable en un tren. Ante el éxito de la iniciativa, donde se han completado más de 100 trayectos entre Algeciras y Córdoba, las tres compañías están analizando la posibilidad de seguir cubriendo la ruta con este biocombustible e incluso ampliarla a otros trayectos no electrificados.

Cepsa también avanza con agilidad en el sector aéreo, un ámbito en el que las compañías energéticas y las aerolíneas trabajan codo con codo. En este sentido, Cepsa ya comercializa SAF en cinco de los principales aeropuertos españoles (Madrid, Barcelona, Palma de Mallorca, Sevilla y Málaga) y ha firmado acuerdos de colaboración con distintas aerolíneas para fomentar su utilización, lo que está permitiendo que algunos vuelos ya incorporen este combustible sostenible.

La energética también está dando grandes pasos para contribuir a la descarbonización del transporte marítimo y ya ofrece biocombustibles en más de 60 puertos españoles. Los puertos de Algeciras y Barcelona han sido el escenario de los primeros suministros en nuestro país tanto a barcos de pasajeros como de mercancías.

Más allá de las aplicaciones de los biocombustibles en el transporte pesado, Cepsa también busca desarrollar su fabricación para avanzar en la descarbonización de la actividad industrial. Un ejemplo de ello es su apuesta por el biometano. La compañía, junto a Kira Ventures, trabaja para poner en marcha sus primeras plantas de producción entre 2025 y 2026.

Proyectos tangibles que evidencian cómo los biocombustibles son ya una alternativa viable como fuente de energía renovable para lograr un futuro más verde y una de las grandes apuestas de las compañías en la lucha contra el cambio climático.

Fuente: eleconomista.es

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